viernes, 12 de agosto de 2011

Haciendo realidad los sueños


Los sueños son una parte importante de los proyectos: muchas veces parten así, de hecho. Al menos en mi caso, ocurre cuando estoy despierto. Pero una vez ocurrió mientras dormía: tenía la intención de escribir una investigación acerca de la belleza... del concepto de belleza. Sin embargo, resultaba muy conceptual y poco concreto: lo que necesitaba escribir debía tener un fundamento físico. Y fue durmiendo que recordé el Juicio de Paris y pensé, incluso antes de despertar, que había cierta concepción de belleza concreta asociada con él. Así definí el tema de mi tesis de grado.

Pero la mayor parte de los proyectos de investigación (tres ya hechos, dos en proceso y trece por completar) y de negocios (diez en distintas etapas de desarrollo aunque pausados) en los que estoy envuelto han surgido desde los sueños que se tienen en la vigilia. Debo advertir que, entre los proyectos de negocios, hay al menos cinco que fueron ideados por amigos míos y no por mí: si estoy envuelto en ellos es porque me han querido involucrar. Y así parten: tenemos una idea y empezamos a fantasear con ella, a imaginarnos cómo llevarla a cabo, a ver su desarrollo en nuestra mente, a contemplarla ya finalizada. Esta visión en particular, la de nuestra idea en su pleno desarrollo, es la culpable de que tomemos una decisión estúpida y entusiasmante a la vez: la de embarcarnos en el proyecto ideado.

Por cierto, acabo de recordar que el número de mis proyectos de negocios disminuyó a nueve desde que descubrí que Google desarrolló la búsqueda de imágenes utilizando archivos de imagen. Tuve esta idea hace algunos años y se la comuniqué al Ariel. Presumo que él la encontró tan buena como yo, pero —como de costumbre— nunca pusimos manos a la obra. Luego, el año pasado, le consulté al Changyou y él me dijo que tenía algunos compañeros de trabajo usando herramientas como esta. Me emocionó saber que la tecnología ya estaba desarrollada y en uso. Fue solo hace unos pocos meses que encontré un motor de búsqueda ofreciendo esta posibilidad y, cuando se la mostré públicamente al Ariel, el Mario me comunicó acerca de Google.

Esto me hizo recordar acerca de un sub-proyecto de investigación que está inscrito en el proyecto relativo a la Fórmula General de Evaluación. Este proyecto consiste en calcular la curva que resuma todas las calificaciones posibles en el sistema de evaluación chileno. Yo desarrollé una fórmula, pero tiene una limitación: no puedo aplicar porcentajes de exigencia superiores al setenta por ciento o inferiores al treinta por ciento. La curva ideal debería tolerar cualquier porcentaje por encima de cero y por debajo de cien por ciento. Le pedí ayuda a Mauricio (después de haber consultado con otros a lo largo del tiempo) para solucionar este problema, pero no he tenido una respuesta definitiva. No obstante, el Nicolás desarrolló un programa computacional que aplica la fórmula que he desarrollado hasta ahora: no es exactamente lo que espero conseguir, pero es lo más cercano que hay. Y, lo más importante, es algo que verdaderamente hicimos. Aunque no signifique el punto final, se trata de un paso importante.

A veces resulta frustrante pensar en ciertos proyectos: especialmente cuando implican sacrificar muchas cosas o exigen cantidades de dinero difíciles de conseguir (y que no serán recuperadas luego). Así ocurre, por ejemplo, con la idea (no considerada en la contabilidad del 2do párrafo) de recorrer en automóvil la Carretera Panamericana desde Chile hasta Alaska y de vuelta hasta Argentina. Esta idea no solamente implica gastar mucho dinero que no será recuperado y perder un montón de tiempo en hacer el larguísimo recorrido, sino que conlleva la complicación de la Región del Darién, donde el tramo no ha sido construido hasta ahora. Esto sin tomar en cuenta las secciones no tan oficiales o imprecisas y las complicaciones actuales para entrar en los Estados Unidos. Otro ejemplo es la idea de recorrer Chile para estudiar restos arqueológicos de naturaleza imprecisa y origen no fijado. O la idea de ofrecer charlas acerca de libertades civiles en comunidades vecinales, también a lo largo de Chile.

Últimamente, he estado pensando en otra idea más: hacer una breve investigación acerca de proyectos tecnológicos desarrollados en Chile y ya terminados. Me sorprendí la semana pasada pensando acerca de ciertos proyectos aislados que han llamado mi atención desde hace algunos años: el «Banco en Casa por Computador», «Tecnópolis Comercial S.A.», «AtariChile.com» y «LinuxINF». Reflexionando acerca de ellos, me fijé en el detalle de que todos están relacionados con aspectos tecnológicos computacionales y que los cuatro, además, están terminados. Entonces se me ocurrió que podía ponerlos juntos en una especie de reportaje que diera cuenta acerca de ellos, narrara sus historias, describiera sus detalles y valorara su contribución al desarrollo y mantención de las tecnologías computacionales en Chile. Por supuesto que, desde entonces hasta ahora, he estado pensando profusamente en todos los detalles relativos a la planeación y ejecución de este proyecto. El hecho de haber desarrollado otros en el pasado ayuda a que este proceso sea más fluido y a que se me escapen menos detalles. Pero no disminuye el entusiasmo pueril de quien se aproxima a algo que considera admirable y emocionante.

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